La base de la vida, mi abuelo.

 *Este post vá en letras de tamaño superior, para facilitar la lectura a quien vá dedicado, mi ABUELO PACO.


La base de MI vida, es la familia.
Y la base de ese concepto es mi abuelo, Francisco Risso.
Conocí a mi abuelo al poco tiempo de nacer, y marcó mi vida, al dia de hoy, y seguramente por el resto de lo que me queda.
Es un dorctor en ciencias naturales, un padre y un marido entrañable, intachable.
Me enseño a amar, desde ese dia en que lo ví por primera vez. Es mi pedacito de cielo, en la tierra. Con él siento estar entre ángeles.Y no exagero.
Mi abuelito, estuvo conmigo; como amigo, en mi infancia, como confidente y guía en mi adolescencia, como padre en mi camino a la adultez, y como guia cada minuto de mi existencia.
Es un motivo de vida, de mi vida. Honrarlo.

Tiene unos cuantos años (más de 80), y es un hombre tan activo, tan capacitado, y tan inquieto, que se acopló al avance tecnocnológico, y chatea, y manda powerpoints artesanales (hechos por el).
Seguramente visitará este espacio.
Y se va a enterar de que me motivó a escribir  estas letras.

Abue: ¿Te acordás como me decías que escriba un libro? ¿Que me exprese, que muestre mi capacidad? Te acordás de las cosas que leías, escritas por mi, y siempre era el mismo consejo... En esa época eran cuentos infantiles, luego poemas, siempre algo nacía de mi interior, y tenía esa nacesidad y a su vez facilidad para traducirlo en escritos, los cuales al paso del tiempo releía, y solía asombrarme...
Estó lo escribí yo? 
Que bueno está, no parece mio.
Es que era un sensación de entrar en trance, a veces unos 20 minutos, a veces menos, y salía mucho, mucho que decir, mucho que leer después.
Necesito homenajear a mi abuelo. 
Muchos motivos coexisten, la pérdida de los valores, del respeto a la sabiduría de los mayores, lo lejos que estoy de él, lo que lo sigo amándolo sin poder expresarlo, mi miedo a que me falte algún dia, el recuerdo de la promesa de morir si el muere, la sensación que me causa el recuerdo de sus manos gorditas, suaves, calentitas, acariciándome el pelo, o simplemente tomando las mias cuando estaban heladas.

Muchísimas anécdotas.

Tenía una tia abuela mia, prima de mi abuelito, que en un momento compartió departamento conmigo, enferma de diabetes la pobre... se consiguió un lugar en un asilo de ancianos, o un hogar, no recuerdo, este administrado por monjitas.
El recibe una llamada, al poco tiempo de estar ella internada.
Dailogaba con una dependienta de esa institución.
Indagaba ante un planteo, un poco resignado y un poco sin creer, aunque sabíamos que ese final era inevitable.
Cuelga la comunicación, y me dice:
  -Beba murió.
  ¿Como que murió?
  -Me avisaron que la encontraron muerta.
Yo no sabía si creer, si llorar, si ir de inmediato. Hicimos las llamadas pertinentes avisando a parientes, y salimos para el hogar mencionado.
Al llegar, mi abuelo tenía cara de resiganción, pero al ser muy católico, no decía una palabra, supongo que orando en silencio.
Llegamos a la habitación, y allí estaba, Beba (la tia abuela), en la cama, arrugadita, con varios bellos en el rostro, como es común ver en los ancianitos.
Paquito me dice, acercate, dale un besito.
Cabe aclarar que mi abuelo tiene un humor particular, en todas las situaciones de la vida, siempre encuentra algo positivo, animado, para decir o pensar.
De mi parte, no había intenciónde acercarme a la fallecida. Siempre le tuve miedo a esas cosas, y preferí ver a la gente viva, y mantener ese recuerdo luego de muerta.
Dada las circunstacias, y por mi abuelo, me acerqué.
Fuí directo a besarle una de las mejillas, cuando la muerta, me espantó con un suspiro!!!!
  Abuelo!!! No está muertaaaaa! le dije en un tono acorde, como para que la muerta viva (con el respeto que me merece mi tia Beba.) no sufra un ataque cardíaco al escuchar  mi comentario.
Paquito no aguantaba la risa, por mi cara de susto, pero seguía sin creer que la parca no había pasado aún a buscar a su prima.
Se acerca a ella, y comprueba que respiraba.
En el acto, tuvo una reacción muy propia de él. Llamó a la madre superiora, encargada de los ancianos moradores del lugar, y le cuestionó:
-¿No era que estaba muerta?
 ¿Como que muerta!? por Dios, jamás le dije una cosa así don Risso, lo llamamos para avisar que ...... 
Y no escuché la explicación que continuaba el diálogo, ya que tuve que abandonar la habitación para soltar mi reprimida carcajada fuera de los ojos que me tildarían de maleducada.

Paco salía del edificio, cuando me vió esperando a un lado de su auto.
Apenas puso un pié allí dentro, mi contenida verborragia se desplomó.
-Abuelo ni puedo creer que te pasen estas cosas!!! Que estás pensando cuando atendés el teléfono?
 Menos mal que no llamé a la florería o iban a estar llegando las coronas, jajajajajaja.
 -Jajajaja.
Voy a avisar a tu tio, o puedo dejarlo venir, y que se lleve el mismo chasco que nosotros!!!
 - Abuelo!!! Llamalo!
Y lo llamó, y avisó a todos de la falsa alarma, siempre en tono de chiste.

Cuando volvíamos a su casa me dijo:
- Cuando yo muera, planeo hacer una broma así.
Jamás estuve de acuerdo en permitirle morir (Jajaja, como si fuera mi decisión).Y allí la charla tomó otro rumbo, y se puso seria, porque podían morir todos, inclusive yo, pero no él. Al menos para mi.


Hoy estoy lejos de ese hombre que tanto amor me despierta. 
Y recibí un saludo suyo, dirigido a todas sus amistades. Y quise compartirlo, además de contar un poco de este maravilloso hombre.

Francisco Risso Ceriani, un personaje del libro "Quién es quién, en américa." 


Este es el video.

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